Archive for April, 2008

h1

Otra del trabajo…

April 25, 2008

Cuando nos vamos insertando en el mundo laboral, a medida que sube nuestro nivel académico/ejecutivo, vamos experimentado momentos y viviendo situaciones en las que más o menos nos vamos acordando de cosas que nos decían nuestros padres de pequeños o bien, de los reclamos de nuestros anteriores jefes cuando éramos más jóvenes o más ingenuos en el mundo.

 

Yo siempre he sido partícipe del trato igualitario a todo el mundo desde la señora que limpia hasta el CEO, después de todo el respeto es una de las cualidades que mi mami más esfuerzo le dio inculcarme. Es así como me he dado cuenta de que no todos se merecen el mismo trato y que todos tenemos el nivel de respeto que nos merecemos.

 

Definitivamente, me sorprende como una persona que te esfuerzas en ayudar, en servir, en mantener cierto nivel de igualdad (aunque sea falso) a los fines de mantener la cordialidad y la afabilidad general del ambiente de trabajo.

 

Pero cuando una persona se ofende porque se le reclama sobre el cumplimiento que debe tener en su área de trabajo (por demás, colgando de un hilo, pues nadie sabe la utilidad de su posición al existir una compañía que nos ofrece outsourcing de todo lo que ella hace o deja de hacer) es, en definitiva un claro recordatorio de que si alguien es lo que es, ha sido porque para eso se ha preparado (o no) en su vida para eso mismo.

 

Si uno les trata con afabilidad y respeto uno es un curtido; si se les trata con distancia, uno es un creído.

 

Entonces, si como quiera van a hablar, de qué vale tratar a la gente igual?

 

Ehl.

h1

Otra del trabajo…

April 25, 2008

Cuando nos vamos insertando en el mundo laboral, a medida que sube nuestro nivel académico/ejecutivo, vamos experimentado momentos y viviendo situaciones en las que más o menos nos vamos acordando de cosas que nos decían nuestros padres de pequeños o bien, de los reclamos de nuestros anteriores jefes cuando éramos más jóvenes o más ingenuos en el mundo.

 

Yo siempre he sido partícipe del trato igualitario a todo el mundo desde la señora que limpia hasta el CEO, después de todo el respeto es una de las cualidades que mi mami más esfuerzo le dio inculcarme. Es así como me he dado cuenta de que no todos se merecen el mismo trato y que todos tenemos el nivel de respeto que nos merecemos.

 

Definitivamente, me sorprende como una persona que te esfuerzas en ayudar, en servir, en mantener cierto nivel de igualdad (aunque sea falso) a los fines de mantener la cordialidad y la afabilidad general del ambiente de trabajo.

 

Pero cuando una persona se ofende porque se le reclama sobre el cumplimiento que debe tener en su área de trabajo (por demás, colgando de un hilo, pues nadie sabe la utilidad de su posición al existir una compañía que nos ofrece outsourcing de todo lo que ella hace o deja de hacer) es, en definitiva un claro recordatorio de que si alguien es lo que es, ha sido porque para eso se ha preparado (o no) en su vida para eso mismo.

 

Si uno les trata con afabilidad y respeto uno es un curtido; si se les trata con distancia, uno es un creído.

 

Entonces, si como quiera van a hablar, de qué vale tratar a la gente igual?

 

Ehl.

h1

Maldita Desilución: Capítulo IV

April 23, 2008

Y allí estaba él: Imponentemente vestido y alejando los curiosos de su carro con miradas de tímido reproche y con un vino tinto y unas flores en las manos. Más que sorprenderse de ver allí a Vittorino, se preguntaba quién caray le había dicho dónde ella vivía. Aquel no era lugar para el gringo, pero que podía hacer? él ya estaba allí y hubiese sido muy grosero no invitarlo a pasar.

Así que con todo y sus rolos lo invitó a pasar. Aceptó las flores de buen gusto, y como pudo pasó entre las mecedoras para acomodarse en el comedorsito, ante las atónitas miradas de todo el mundo. Mayor fue su sorpresa cuando Vittorino en su español masticado le dijo que le tenía una sorpresa, otra en realidad, pensó ella. A continuación sacó de su bolsillo una cajita de terciopelo con un guillito dentro de lo más mono. Y como las únicas prendas que Nancy había lucido en su vida eran los anillitos de la máquina expendedora de monerias de a $1.00 con que le sorprendía Luisito en alguna que otra quincena, abrió los ojos como dos medio pesos y se echó a llorar como una magdalena.

El pobre Vittorino no supo que hacer y le decía que si no le gustaba lo podía cambiar, así que ella más calmada le explicó que lloraba de felicidad. Así sentados en las sillas forradas de plástico se dieron un tímido abrazo y Nancy se puso de pie para buscar en la cocina dos vasos de aluminio que no tuviesen marcados con esmalte rojo la inicial de su dueño, para tomar el vino tinto que le había traído el gringo. Mientras los curiosos de la casa de turnaban para recoger la ropa del patio por que estaba jariniando, o a colar un cafesito, o a buscar la cinta de Fernandito Villalona que estaba en la vitrina, cualquier cosa con tal de ver que estaba pasando en el comedor.

Pero aquello no duró mucho, ya que entre la bulla del barrio y el volumen del televisor, sumado al amemamiento que tenía Nancy con Vitico, nadie se percató de un sonido muy conocido los sábados en la pensión, a veces era música para los oídos de Nancy, pero esta vez el escandaloso moffler del C-70 pasó desapercibido…

Como supo Vitico de la direccion de Nancy? Los encontrará Luisito con las manos en la masa? Será de oro el guillo? Se ganarán el carro en Sabado Gigante?

Todo esto en el próximo capítulo de su Novela favorita, “Maldita Desilusión”

AST.-

h1

Maldita Desilución: Capítulo III

April 23, 2008

Nancy no supo cuando ni como le dio la confianza a Vitico de saludarla con un beso en la mejilla, pero al sentir aquella piel tan suave rozar su rostro esa mañana, no se resistio. Es más, al compararla con el roce de la barba de náufrago que Luisito en vano afeitaba todos los viernes, decidió que aquella sencilla caricia de Vitico era lo más agradable que le había pasado en toda la semana.

Aquel sábado se prometía encantador, el sol brillaba afuera achicharrando los motoristas, la melodía incesante de las bocinas de los autos, mezclado con las malaspalabras de los compañeros de trabajo de Nancy, no le impidieron a ella hablar con Vitico sobre la terrible situación de escasez de rolos grandes en La Sirena y de los nuevos sobrecitos de mayonesa que traen su tapita.

En amena conversación, Nancy perdió su timidez por un instante para invitar a Vittorino a un nutritivo desayuno de Yaniqueques de vegetales y queso con una botellita de mabi de bejuco de indio. El Gringo se mostró algo sospechoso ante el contenido de la funda color marrón que parecía estar húmeda, pero con tal de complacer aquella diosa que lo tenía embrujado, optó por ingerirlo gustosamente y vale decir que a partir de aquel día, era él quien brindaba los yaniqueques. Dieron las diez de la mañana y el automóvil de Vitico estaba brillante, era hora de marcharse, así que se despidió con la amabilidad que le caracterizaba, la misma que irritaba a Chuchu y hacía suspirar a Carmona de envidia.

Por su parte, Nancy seguía vaciando los ceniceros y encomendándole a Santa Bárbara a todos los que se tomaban aquellas cervezas y se marchaban en sus carros. Como cada sábado se fue a las seis para su pensión lavarse la cabeza para que Juana, la manicurista que vivía en la habitación de al lado le hiciera los rolos. Se puso un vestido de florecitas mamey que le había regalado doña Aura, la dueña de la pensión y se sentó a ver a Sábado Gigante con los demás inquilinos, mientras esperaba qué le traía la noche.

Y poca no fue su sorpresa cuando Mercedita, la hija de doña Aura que tenía 7 años, en su castellano ininteligible le dijo a Nancy que un señor blanco la andaba buscando afuera en un carrazo. Se espantó la pobre muchacha de tal forma que chocó la cabeza con el secador y salió a ver quien era con todo y rolos.

AST.-

________________________________________

En éste post pude verificar que tiene la fecha 7 de Julio del 2000, así que por ahí pueden irse ubicando un poco del estado mental sobre la novela y algunos datos que en ella se expresan. Ehl.-

________________________________________

h1

Maldita Desilución: Capítulo II

April 22, 2008

Pasaron los meses y todo parecía seguir en la misma rutina. La misma que había encontrado hacía ya un año y diez meses. En realidad, no era ella felíz allí, pero que otra opción tenía? Se había hecho ella siempre la propuesta de hacer su trabajo lo mejor que pudiera y las propinas que dejaban aquellos hombres mientra se lavaban sus carros, eran testimonio fiel de ello. Sus clientes estaban siempre satisfechos, pero era más la necesidad de Nancy de hacerse querer. Por el negocio desfilaban siempre muchos hombres, uno menos fresco que otro con ella, pero no menos importante por la propina que podría ofrecerle.


Un jueves en la tarde ya cerca de las seis, un día que no ofrecía ninguna particularidad, solo la visita de un elegante extranjero que a todos dejo perplejo por tan inconfundible manera de conducirse. Se dirigió directamente a ella para pedirle cambio para una papeleta de dos mil pesos. De manera amable y cortes ésta le explico que sin consumo no podía abrir la caja registradora y le sugirió que si dispon;ia de algún tiempo, que lavara su vehículo. A Vittorino, como más tarde Nancy se enteraría se llamaba el elegante europeo, la forma tan graciosa y natural de ésta mulata le agrado y mas que nada le convenció sin mucho rodeo. Este pagó uno de los planes de lavado y se sentó a contemplar tan digno ejemplar de la mujer dominicana.


Nancy no era para nada lo que se acostumbraba a ver en Sicilia. Le llamaban la atención ese pigmento tan bronceado de piel y esos ojos oscuros que lo miraban con amabilidad. Le pidió un refresco que ella, a diferencia de los demás pedidos, le sirvio en un vaso. Las conversaciones de estos comenzarían aquella tarde media nublada al compás de un sazonado merengue. Vittorino era un hombre ya entrado en su cuarta decada. De pelo y ojos claros y de baja estatura, causaba en Nancy cierto escalofrío, pues le resultaba extrano que aquel “gringo” como ella le decía, motivara en ella cierto cautivo. Vitico (así empezó a llamarle) venía ya frecuentemente al car wash. Una semana lavaba el carro, otra sencillamente pedía que le aspiraran las alfombras, rogando quizás que la luz se fuera para tardarse un poco mas en la cafeteria y conversaba con Nancy de cosas que para el resultaban tan interesantes. Encontraba en esta mujer un cierto desahogo: Una emotividad tan grande y despejante.


La amistad entre estos crecía, y no era extraño ver como “Vitico” le llebaba algún “cariñito” a Nancy… algún detalle con que inconsientemente intentaba acercarla más a él.


Qué pasará entre Nancy y Vitico? Olvidará esta a Luisito? Se la llevara este a Sicilia? Se meteran los tigueres del Carwash con el “alacrán”? Ya veremos en el próximo capítulo de “Desilusión Maldita”.


SNA.-

h1

Maldita Desilución: Capítulo I

April 22, 2008
__________________________________
Cómo les había dicho anteriormente, empiezo a publicar la novela, pero decidí hacerlo de dos capítulos por día. Cada capítulo tendrá su propio post, de modo que al usar las etiquetas tendrán un directorio completo capítulo por capítulo de la serie y así la lectura será más fácil. Las iniciales que aparecen en cada post, son las del autor, sin embargo todos los textos los estoy revisando para corregir errores, me dejan saber de cualquier anomalía. Bienvenidos al mundo de Nancy!, Ehl.
__________________________________

Maldicion, cuantas cenizas!” Se decia ella, mientras limpiaba el ultimo cenicero del dia. Quien le diría a esta cibaeña que recogería tantas colillas dia tras dia, sin mencionar las innumerables botellas verdes que por unos momentos rebozaban vasos y mojaban los labios de tantos clientes.


Nancy era la típica mulata, ojos oscuros y expresivos, llenos de esperanza y rencor hacia la vida, pelo rizo y poco peinado, con sus raices tiesas falta de ablande. Sus caderas acentuaban su esbelta figura sin faltar sus labios pintados de rosa fuscia que parecia encantarle a los muchachos de las botas plasticas. Aquel merengue más duro no podia sonar. Era aquel ruido tan caracteristico de la cafetería que Nancy atendía y los muchachos Chuchu y Carmona, quienes mas se habían acercado a Nancy, eran los dos atendentes más viejos del “Car Wash Julieta”, que entre un servicio y otro venían a hacerle compañía.


Noche tras noche la llevaban a la miseriosa pension donde esta vivia. Nancy apenas tenia 23 años. Había venido a la capital en busca de alguna labor que la ayudase a mantener a sus padres y demás hermanos que había dejado detrás en su entrañable Tamboril. Sin mucho que esperar, esta regresaba noche tras noche a su pensión, donde suspiraba por tan incierto futuro. Nancy trabajaba fuertemente los 7 dias de la semana. Tantas largas horas de pie, sirviendo cerveza tras cerveza, esperando quizás otro milagro… o bien, sacarse el palé para comprar aquel conjuntito que llenaba su antojo. Nancy, aún no conocía el amor. Sí, se rodeaba de Luisito, con quien pasaba una que otra noche emocionante, llevándola en la cola de su Honda C-70 a algún lugar de moda. Pero Nancy sabía que no tenía a nadie más que a ella misma.

SNA.-